Cada mañana desde hace año y medio, Stephanie Castro Nazario da gracias por un día más de vida tras haberle ganado la guerra al cáncer. Ayer no fue la excepción y por eso participó en el evento “Ruédalo”, organizado por la Fundación Cabecitas Rapadas con el fin de recaudar fondos para pacientes con esa enfermedad.
Castro Nazario, de 26 años y sobreviviente de leucemia, fue una de las decenas de personas que marcharon desde el Parque Luis Muñoz Rivera, en Puerta de Tierra, hasta la Plaza Colón, en el Viejo San Juan.
Pero no fue una marcha cualquiera. Las personas se desplazaron en bicicletas, patines, patinetas, monociclos, triciclos, coches de bebé, sillas de ruedas, carrozas y todo tipo de vehículo con ruedas, pero sin motor.
“Ahora me levanto con otra energía. Doy gracias a Dios por otro día de vida y me disfruto cada minuto al máximo. Pero con el cáncer uno no sabe, porque es una enfermedad traicionera. Lo importante es que me levanto y decreto que estoy sanada”, afirmó Castro Nazario, quien desea conocer a su donante de médula ósea.
De paso, exhortó a la ciudadanía a inscribirse en el banco o registro de donantes de médula ósea para que otros pacientes de cáncer tengan la ayuda que ella recibió.
Por su parte, Avelino Muñoz, creador de Cabecitas Rapadas, indicó que el dinero recogido se utilizará para ayudar a pacientes en quimio y radioterapia. Los fondos se emplearán, entre otras cosas, para costear pasajes al extranjero, estadías, facturas de agua y luz, medicamentos, radiografías y deducibles de planes médicos.
Muñoz, quien destacó que su fundación ayudó a más de 2,000 pacientes de cáncer el año pasado, dijo que pasado mañana tendrá una cifra exacta de cuánto dinero se recaudó.
Otros que participaron en el evento fueron los esposos José Escalera y Jennifer Contreras, de Santurce, quienes en el 2010 perdieron a su hija de 5 años de un tumor en el cerebro.
“La Fundación Cabecitas Rapadas fueron los primeros en apoyarnos en el proceso tan fuerte y frustrante con nuestra hija. Ahora son como nuestra familia y por eso estamos aquí dándoles apoyo”, sostuvo Escalera.
Y desde Río Piedras llegó Wilfredo Rosa Acosta, de 56 años, quien hace más de tres décadas quedó parapléjico por un accidente. Rosa Acosta no es paciente de cáncer, pero asistió a “Ruédalo” en apoyo a la madre del dueño del hogar donde reside, quien sí lo es. El hombre marchó en su camilla sobre ruedas. “Vine a luchar por ella y a ayudar a crear conciencia sobre esta terrible enfermedad”, expresó.
